Ausencias

La vivienda propia en Bogotá es un privilegio. El conflicto armado ha hecho que la población campesina se desplace hasta las grandes ciudades, en este proceso la capital ha recibido a la mayor cantidad de personas; que estas familias se hagan a un espacio dentro del área metropolitana es casi imposible. Por este motivo se han distribuido las llamadas Viviendas de Interés Social, este proyecto ha generado que muchas familias ocupen estos hogares y sean propietarios de apartamentos dentro de la ciudad. Algo bastante complicado hoy día.

Sin embargo, existen varios problemas con estos lugares, uno de los principales, es que estos pequeños apartamentos quedan muy lejos del casco urbano y de los espacio de trabajo de la mayoría de asalariados de la ciudad. Algunos viajes pueden durar hasta 3 horas debido al tráfico. El factor de que sea propio y las dificultades que lleva vivir en estos lugares, deja abierta la posibilidad de algunas familias de abandonar su propiedad.

Este es el caso de la familia de Sebastián y su madre, Ruth Sánchez. Ella recibió el apoyo de este programa, sin embargo, el trabajo que le costaba a su familia el transportarse fue lo que la llevó a tomar la decisión de abandonar su casa propia para ir a vivir en arriendo a una casa que le facilita el transporte.

La propiedad privada pierde significado, su espacio es abandonado al tiempo, al polvo, al anhelo de lo que fue, que transformado por la sucesión de ideas que fracasaron al querer acomodar el lugar a las necesidades de sus habitantes, que pronto dejaron de serlo.